A ciencia cierta, de todo lo que puede encontrarse en Las Vegas, el monorriel no es como una actividad extravagante o que se viva con mucho ánimo.
Sin embargo, es un medio que permite moverse de extremo a extremo con paradas de forma sencilla, rápida, cómoda y sin mucho desgaste.
Las Vegas, en Nevada, posee una arteria principal: Las Vegas Strip, ese boulevard de más de 6 kilómetros que bombea la vida de la Ciudad del Pecado.

Sin embargo, muchos hospedajes, restaurantes, sitios de interés o centros comerciales están en los costados sur y norte.
Para llegar a ellos una alternativa muy viable es el monorriel que va desde el Sahara hasta el MGM y viceversa.
Este medio de transporte hace siete paradas, tres en el Centro, una en Las Vegas Convention Center, dos más al norte y la última, la del Sur, en el MGM.
Es ideal para llegar a tomar una cena en el Hard Rock Café, pasarse por la tienda de Toby Keith, disfrutar el concierto fabuloso del The Piano Bar o salir a dar una caminata nocturna por el centro.

Tenga en cuenta que de lunes a sábado trabaja de 7:00 a.m. a 2:00 a.m. y los domingos amplía el horario hasta las 3:00 a.m.
En Las Vegas hay tantas cosas por hacer que por experiencia aconsejo comprar, primero, el tiquete que tiene vigencia por 24 horas.
Es que existen tres tipos de tiquetes: el de viaje único, el ilimitado por todo un día y el ilimitado por 72 horas.
Un viaje cuesta US$5, el derecho de uso por 24 horas está en US$12 y el de los tres días en US$28.
Los accesos pueden pagarse en efectivo o con tarjeta. Se compran en las entradas de los andenes.
A ciencia cierta, es una propuesta económica y una experiencia bonita: ver la Ciudad del Pecado desde un costado con música instrumental y en silencio.